Etiquetas

miércoles, 4 de junio de 2014

Prueba Kart KZ2

Hoy traemos una prueba totalmente diferente. No se trata de un coche, pero sí de un aparato con 4 ruedas, motor y volante con lo que puedes vivir las emociones más intensas de tu vida, aunque sea el trasto con menos caballos que hemos tenido la oportunidad de conducir. Menos de 90 Kg, 45 cv, 6 velocidades, y 1 metro de distancia entre ejes... Haz cuentas.



Alex tiene un SodiKart KZ2 de competición para ir al circuito con otros amigos que también comparten afición (con karts similares), lo lleva en un remolque, lo revisa en su casa, y me cuenta en repetidas ocasiones que tengo que probarlo para ver lo que son emociones fuertes de verdad. Veo varios vídeos de cacharros parecidos, y la cosa parece divertida. Desde aquel momento hasta este sábado ha pasado casi un año sin poder concretar un día, con el invierno de por medio, así que la cosa se fue aplazando sin excusa. Pero teníamos esa cuenta pendiente, y este sábado era el día que pondría fin a esto.

Yo, como todos, he montado en los karts de alquiler de los típicos sitios, y alguna vez en algún kart un poco majo que te deja alguien un día, pero nada comparado con un KZ2 de estos. No hace falta ser un lince para adivinar que aquello no tiene NADA que ver con esto, y cuando digo nada, quiero decir NADA.


Hablamos de un aparato de competición que, como hemos dicho antes, pesa menos de 90 Kg, tiene más de 45 cv con apenas 125 cc. Lleva caja secuencial de 6 velocidades, que con el desarrollo para este circuito corta en sexta a unos 125 kmh. El chasis (Sodi Kart) está diseñado con una deformación estudiada para hacer de "suspensión", ya que los Karts no tienen suspensión de ningún tipo. En su chasis además hay bocas de tubos para poner "barras de torsión" según queramos hacer más firme esa parte de la estructura (como si pusieses estabilizadoras más firmes) si conviene o no en cada circuito. Se pueden hacer todo tipo de reglajes, convergencias, caídas, rigidez, reparto de frenada (frenos Itaka de 4 pistones), y muchas cosas más. Es obvio que su reparto de pesos y su centro de gravedad son una locura, así que no le dedicaremos más tiempo. ¿Os doy un dato igual de curioso que escalofriante? Su ancho de vías es mayor que su distancia entre ejes.

Me voy mentalizando unos días antes, miro más vídeos con calma, y la sensación general es la de ver cualquier vídeo de carreras de Youtube, pero a cámara rápida. Alex me da indicaciones previas: "Mañana viernes no se te ocurra ir al gimnasio, y el sábado trae casco, botas y guantes, que yo te dejo collarín y costillar", yo me río pero cuando veo que él no me lo dice de cachondeo, mi risa se torna en la típica mueca patética que hay a medio camino entre reírse y quedar pensativo. Ahora me voy cagando por la pata abajo un poquito, no os voy a engañar.


Llegamos al circuito, y desde que pongo un pie en tierra todo son cosas asombrosas para un novato como yo: Desde comprobar que yo soy el único pringado que no lleva mono (de unos 20 pilotos que pululaban por allí), hasta preguntar a Alex cómo bajamos el kart del remolque, y que me diga "tú lo coges de delante, yo de atrás, lo levantamos y lo ponemos en el suelo". Aquí es todo una mezcla de cosas tremendamente sencillas con cosas enormemente serias. Por cierto, el kart tiene casi casi la misma anchura que el Audi A3 en el que lo remolcamos. Impresiona verlo en directo ya posado en el suelo.

(Anchura del aparato comparada con la del Audi A3 que lo remolca)

Me dan unas explicaciones básicas sobre cómo funciona todo. Lo primero a tener en cuenta es que el motor TM k9b cubica 125 cc, y únicamente funciona de verdad entre las 8.000 y las 14.000 rpm, totalmente vacío por debajo, y totalmente explosivo por encima. Las marchas son como las de una moto, con un embrague tras el volante que únicamente se usa para arrancar en parado, y a partir de ahí se meten marchas a capón ahuecando ligeramente el gas en cada cambio. Me advierten de que las marchas se acaban muy rápido, y de que si no caliento todo poco a poco voy a tener problemas serios. Intento recordarlo todo pero es complicado, fui un pionero de la LOGSE y se nota.

Me "visto" con todos los aparejos necesarios, y como puedo me zambullo en el asiento, para quedar totalmente encajado e inmóvil, como una pieza más del chasis. Agarro el embrague, meto segunda, me empujan por el paddock, y con una sencilla operación pongo en marcha el Kart. Me dirijo a la salida del Pit Lane. Miro que no venga nadie por la recta, acelero poco a poco y cierro la visera del casco con un sonoro "clack" que me aísla un poco del ruido del motor. Vamos allá.


Voy calentando muy poco a poco, apartándome del camino de los que vienen como cohetes. Todo vibra, todo suena, todo se mueve, todo es duro y rebotón... me mola mucho. Voy cogiendo ritmo poco a poco (bueno, eso es lo que yo me creía), y ya hay algo de temperatura, ¡vamos a apretar a ver qué pasa! Subo de vueltas, veo el cuadro digital que se aproxima perezoso a las 8.000 rpm... y de repente todo despierta en una explosión de sonido claro y agudo, una patada de empuje BRU-TAL, y en un suspiro se me acaba la segunda, acciono rápido la siguiente marcha, otra explosión instantánea de potencia, otra marcha más, otra sacudida... y en los escasos 3 segundos que han pasado voy en 4ª a una velocidad demencial casi para meter 5ª, pero se me ha acabado la pequeña recta y deshago la operación frenando fuerte y reduciendo de nuevo con 2 golpes seguidos de palanca. Me acabo de dar un susto que no es normal, he pasado una recta "maja" en un instante, he subido dos marchas y bajado otras dos, y no me ha dado tiempo ni a darme cuenta de qué pasaba... Repitamos la jugada.

Me lo vuelvo a plantear. Si no estás preparado para las 35 cosas que van a suceder a la vez en un espacio de un segundo, no vas a ser capaz de reaccionar, así que me preparo de nuevo para ir a la carga, 6.000 vueltas... 7.000... y... Ojitoooooo!!!!!!! Otra explosión del motor girando como loco por encima de 10.000 rpm mientras aquello sale disparado hacia adelante, se vuelve a comer 3 marchas seguidas en 3 segundos (baaam-baaaam-baaaaam...!!), vuelves a llevar una velocidad que no es ni medio normal para un circuito tan pequeño, y vuelves a frenar en unos pocos metros reduciendo en un segundo las últimas 3 marchas. Ya estaba prevenido, así que me tiro en la curva con decisión, veo que aquello tiene una estabilidad y una agilidad más bestial todavía de lo que te esperas, y abres gas fuerte... pero como vas a 7.000 rpm no hay nada, y sales pisando huevos. Reduzco a segunda, vueltas a tope, y vuelta al infarto de las 100 cosas que suceden muy deprisa.


Entro ahora con las revoluciones bien, doy algo de gas saliendo de la curva, y me enrosco en el típico trompo que, al suceder en 0,2 segundos, para cuando lo quieres sujetar estás mirando a Cuenca y con el motor parado. Me vienen a asistir amablemente, y como no somos capaces de arrancarlo empujando, el comisario me sube el Kart en el asiento de su Quad y nos lo llevamos de vuelta a boxes (todo esto de subir tu coche encima de un quad y volverte con él por el sembrado cantando una canción es de las cosas más bizarras que he hecho en mi vida, y doy gracias a Alex por ello). Yo me creía que ya llevaba ritmo, y al parecer en realidad, no. En verdad iba tan jodidamente lento para un Kart KZ que no había conseguido calentar las gomas lo suficiente. Ajustamos un poco aquello, y vuelta a pista empujando. 

Ahora vamos mejor, a un ritmo creciente en el que nos encontramos cómodos y el kart también, se va calentando poco a poco, y a medida que ofrece más le pedimos más. Sigo intentando hacerme con él cuando el motor lo da todo, y sigo sintiendo pánico cada vez que aquello coge velocidad, porque como he dicho, son miles de cosas las que suceden en menos de un segundo, como si se volviera loco y te quisiera matar contra el objeto más cercano, y para colmo de males, cuanto más rápido vas más cosas suceden en menos tiempo... Hasta el punto de que me concentro en ir rápido y hacerlo todo más o menos bien, y se me olvidan cosas como respirar. Me concentro en respirar profundo a través del casco, calmarme, y volver a la carga... y sigo apretando el esfínter con fuerza cuando aquello se pone serio.

(Mucho ambiente en el circuito, y mucho nivel de asistentes con equipos profesionales)

Alex y sus amigos (Rober, Paco, Emilio... grandes personas y enormes personajes) me van explicando más cosas, me hacen fijarme en otros pilotos que están rodando, etc. Esto es un mundo, aquí no cuenta nada de lo que sepas de coches, porque no es otra liga, es otro deporte. Nos vamos a comer al bar, y como es costumbre entre los calcinados tanderos, caen bocatas de lomo con queso (yo me la jugué a pedir algo distinto, y fracasé estrepitosamente). Un cafecito con hielo, un cigarrito, y vuelta a pista.

Ahora es aún mejor porque la pista grande está casi vacía, apenas hay 3 pilotos rodando, y es mi oportunidad de "investigar" sin estorbar a nadie. Pues no me preguntéis si es porque la pista estaba más caliente, porque tenía más goma (mucha más), o porque me había soltado un poco más a la hora de la comida, pero todo lo que antes eran penurias, ahora era maravilla pura! Y despegamos!

Porque hay una cosa que es EVIDENTE en un aparato de competición de este nivel, y que lo marca todo: Está hecho únicamente para ir lo más rápido posible, y nada más. Y por eso sólo funciona bien si lo llevas rápido como el infierno, para lo que está diseñado, y si vas por debajo del umbral de "a toda leche" no funciona, no agarra, no frena, no tracciona, no se sujeta... Y ahora que tenemos más ritmo, todo cobra sentido, el miedo que antes tenía a sus reacciones ahora desaparece porque a mayor velocidad el Kart resulta más estable, las gomas calientes agarran mucho mejor, los frenos de 4 pistones comienzan a frenar más y con mejor tacto, el motor sigue resultando explosivo y muy difícil de controlar, pero ahora parece que se "dosifica" algo mejor... Todo va trabajando como debe, entras en el margen de utilización para lo que está pensado un bicharraco de este nivel, y comienzas a disfrutar. Sólo era cuestión de vencer tu miedo e ir más rápido para ver que ahora sí funciona mucho mejor.


Interiorizas un poco la mayoría de las funciones de su conducción, y haces lo que me explicaron hace unos cuantos años: "dejar la mente en blanco y mirar lejos", y sin darte cuenta comienzas a ir más rápido de lo que podías imaginar, todo fluye, ves las trazadas, y como no vas ni de lejos forzando el límite del chasis, el kart obedece con precisión. Te vas fijando en el panorama, disfrutas de que el volante vaya dando saltos como loco, de que el coche vaya botando de lado a lado de la pista en cuanto pasas por la más mínima ondulación del asfalto, haciendo que las ruedas bailen como locas, el motor haga extraños mientras intenta escarbar, y el casco se te mueva de la cabeza más de lo normal con una reacciones y movimientos más violentos de lo que es capaz de absorber.

La cagada es volver al sentido común por un instante. Si en un momento te despiertas y preguntas "qué está pasando", te vuelves a hacer caca encima ipso-facto, intentas asumir todas las cosas que suceden ahora aún más deprisa, la velocidad y sus reacciones te dan vértigo, y aflojas. Vuelves a coger confianza, vuelves a apretar los dientes y respirar hondo, y otra vez directo a la lucha más intensa de tu vida.


(Esto es un vídeo de un KZ2 muy similar a lo que os hemos contado)

¿Y cómo es esa lucha? Pues es realmente complicado de describir, porque tardas unas 30 veces más tiempo en leerlo de lo que sucede en realidad. Imagina que en una sección mínima de dos curvas y una recta, tienes que subir de vueltas, que aquello explote ganando velocidad como loco, que cada marcha te dure un segundo y medio (no es broma), que tengas que conducir con una mano en la palanca del cambio secuencial y la otra luchando con un volante que pelea con muchísima dureza revolviéndose a ambos lados como loco, volver a reducir in extremis todas las marchas seguidas en un instante mientras frenas a fondo y entras de un volantazo en una curva, a una velocidad que no es racional, y tratas de mantener el motor girando en la zona explosiva pero sin pisar más de un 20% para que no haga una peonza, volver a colocar el coche recto con un mínimo y violento deslizamiento para ir subiendo de nuevo marchas como loco y que se te acabe la recta sin darte cuenta, repitiendo la operación de reducir y frenar como un enfermo mental, tirar el kart por la trazada mientras va pegando botes y todo salta y tiembla con violencia, reaccionando en el mismo instante en que haces algo o sucede algo. Cuando empiezas a deslizar un poco el Kart a la entrada y salida de las curvas es cuando eres feliz, y compruebas que la anticipación te permite hacerlo sin sobresaltos (no cabe corregir, pues ya sería demasiado tarde, tienes que anticiparte y hacerlo mientras sucede) Ahora todo este párrafo lo resumes en 4 ó 5 segundos, y todavía te has quedado corto con lo que ha pasado en realidad.


Mención a parte tiene pasar por la recta de meta subiendo marchas sin parar hasta meter sexta pasando de largo los 100 kmh (su desarrollo para este circuito permite alcanzar en 6ª los 125 kmh, que es la velocidad aproximada de final de recta, hay otros grupos mucho más largos para circuitos más abiertos) para de repente pensar que en unos 5 segundos has recorrido toda la distancia que veías desde el casco, vas a una velocidad bastante más que respetable para ir sentado a 2 cm del asfalto, y te toca frenar a fondo reduciendo 4 marchas en muy pocos metros. Es sideral.

Me he hartado a dar vueltas, y el límite no lo pone mi diversión, sino mi forma física, que tras unas 8 vueltas me obliga a levantarme de allí y estirarme, con un dolor de espalda, cuello, brazos y manos que no es normal. Le devuelvo a Alex su Kart, que va intercalando mis tandas con las suyas, y le veo rodar desde el muro mucho más rápido que yo. Le veo deslizar cómodamente entrando y saliendo de las curvas, y me muero de envidia. Yo, mientras tanto, trato de mitigar el punzante dolor que siento en las falanges de los dedos, por intentar sujetar el volante sin que me agreda y me de una paliza (en vano). Estoy acelerado, estoy entusiasmado, estoy deseando volver a subirme y dejar la mente en blanco, mirar lejos, y agarrar el kart por el cuello para dejarlo correr por todo el ancho de la pista a base botes, saltitos y latigazos nerviosos. Es una droga de adrenalina como no he probado nunca, ni con coches deportivos gordos, ni con aparatos de altísimos vuelos. La bestialidad que ofrece este bicharraco en cada segundo de conducción no se puede comparar con nada que no sea una salvajada de tipo fórmula, barqueta, o similar. Esto es un infarto constante.

(Aquí se puede ver la altura del asiento, y el asfalto pasando por debajo a considerable velocidad. Ahora te piensas mejor eso de saltar por los pianos...)

Se nos acaban los 40 litros de gasolina que hemos traído, y ese era el límite que nos habíamos puesto para hoy (nos ha durado toda la mañana y media tarde, está fenomenal, hace unos consumos muy contenidos, lo quiero para usar a diario, además es cómodo que te cagas). Lo volvemos a subir entre dos al remolque, lo aseguramos con cinchas y cadenas, recogemos toda la herramienta, el disfraz de correr, y nos despedimos de los parroquianos y compañeros de afición. Volvemos en coche, y todo es confort, todo es absurdamente lujoso, asientos mullidos (¡¡¡asientos!!!), suspensión, tacos de goma en las cosas de metal para que no sufras, música, cristales, puertas...! ¡¡Locura!! Y se agradece, porque a medida que mi cuerpo se va enfriando comienzan a aflorar dolores y lesiones de la cabeza a los pies. Ah, y huelo a choto.

Voy intentando asentar todo lo vivido, digerir una bola inmensa de adrenalina y sensaciones que no estoy preparado para asimilar, y ordenarlas en mi cabeza. La clave ha sido comprobar que como buen aparato de alta competición, si no vas realmente rápido no funciona bien, y es a partir de velocidades absurdas cuando te das cuenta de que ya gira mejor, frena mejor, sujeta mejor, estira mejor. Y esa mayor confianza que te da es la que te anima a seguir subiendo el ritmo aunque al principio exija mucha fe en que no te vas a calzar una galleta colosal subido en un asiento que ni si quiera es un asiento, atornillado a cuatro tubos y un motor de 45 cv (como lo pienses te vas a tu casa a llorar en un rincón de la ducha).

(Lego)

He sentido todas las reacciones imaginables a flor de piel, de forma inmediata y en mis propias carnes (literalmente): He sentido que cuando vas rápido en las frenadas fuertes sientes el calor de los frenos en la piel de tus piernas y en tu espalda a través del asiento. He visto y olido el humo de una rueda delantera al bloquear los frenos. He sentido mi cuerpo sujeto como una parte más del chasis del kart pegando botes a más de 100 kmh. He escuchado el motor aullar agudo y enfurecido hasta las 14.000 rpm justo detrás de mi cuerpo. He notado en mis músculos la acción de la dirección revolviéndose en cada bote mientras la intento sujetar con las manos. He vivido una sensación de velocidad y de aceleración a escasos milímetros del suelo que no había vivido nunca. He sentido tantas cosas relevantes suceder a tanta velocidad que al final me parecía verlo todo a cámara lenta, planificar cada trazada y prever muchas de las reacciones furiosas del coche a cada centímetro.

A la mañana siguiente aún vibro de la emoción. Tengo dolores en muchas partes del cuerpo, y algunos moratones en la espalda (a pesar de haber llevado protecciones), agujetas, y molestias. Pero no me arrepiento de haber vivido una sensación de pilotaje tan brutal aunque ahora me duela. Ha sido algo tan impactante que no lo olvidaré jamás, con la certeza de que este recuerdo lo guardo junto con otros insuperables: el primer día que intenté conducir rápido el Corvette Z06, o la vez que llevé el Ferrari F430 por la sierra sin controles, y tantas otras cosas que he podido vivir aquí y que me han marcado para siempre. Una vez más, creo que me han cambiado todas las referencias.

16 comentarios :

  1. Pude pilotar o conducir (mas bien hacer el ridículo en mi caso) - un Kart de los serios, y la verdad sucede todo a una velocidad increíble, en segundos ya tienes la curva encima, entre el sonido, y lo encajado que va uno...Me acojone a lo grande. Es algo distinto.

    Porque aceleras, como nada, pero todo sucede tan rápido que dices, me voy a meter un hostión de los grandes.

    ResponderEliminar
  2. Después del vídeo se entiende algo mejor, y me ha asaltado una duda... si se te queda corta la pequeña escapatoria de hormigón que abre un poco más la curva (como en el video se aprecia), y enganchas uno de esos hollos en la tierra a velocidades como las que se perciben en un aparato de rigidez tal...

    Tu esqueleto entero... implosiona? se astilla? o sales hecho una hamburguesa en dirección el planeta más próximo (creo que es Marte)?

    por todo lo demás, estoy orgulloso de ver como todavia hay gente qe quema litros de gasolina por puro placer y no en un prius...XDD

    ResponderEliminar
  3. Creo que no voy a ser el único que aun después de leer todo el post y ver el vídeo te diga que entiendo lo que quieres decir pero a la vez no soy capaz de comprenderlo, porque esa es una de esas experiencias que te da la vida y que si no las vives en tu propia carne y hueso nunca sabrás lo que se siente. Hoy si que habéis conseguido darme envidia (más de la normal) porque esa es una sensación única que ojalá la experimente alguna vez o algo parecido. Se nota que no tiene nada que ver con la conducción espirituosa a la que estamos acostumbrados y que está a otro nivel.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  4. Ya era hora que alguien le dijese al mundo de lo que son capaces estos bichos! jajaja, tengo uno desde hace 2 años, y a todo el mundo que se lo digo se imagina los hierros esos de alquiler, y cuando le dices no tiene nada que ver... te dicen anda no sera para tanto...
    Tambien quiero añadir que es un deporte, si es usado para hobby, mucho mas seguro y barato de lo que la gente puede creer. Seguro, porque si corres solo y ya le tienes el tranquillo, tienes que despistarte mucho para pegarte una piña, y barato, si te lo montas bien y no gastas 40 litros de gasolina en un dia :OOOO, no es tan caro como parece. En carrera, ambas cosas son mucho mas distintas.
    Además de sensaciones, tienen un 0-100 y un paso por curva, que ningun coche de calle seria capaz de sobrepasar ni por asomo, además solo por unos pocos miles de euros.
    Enhorabuena por la actualización, una descripción excelente!
    Saludos!

    ResponderEliminar
  5. ¡Impecable narración!

    Plasma con total exactitud lo que te ofrece un bicho de estos, los castigos físicos a los que te somete y su enorme recompensa cuando encuentras tu ritmo y te quedas absorbido por el pilotaje. Las fotos igual, sublimes ¡hasta parece que voy rápido! xD

    Lo más díficil de describir es la aceleración y lo has hecho perfectamente: "baaam-baaaam-baaaaam..." en lo que lees los 3 baaams te has puesto a 100.

    Esta prueba es la mejor manera de recordar un día de 10! ¡Chapó!

    ResponderEliminar
  6. wow, menuda prueba y menudo artículo. yo lo máximo que he probado han sido los karts de alquiler que todos hemos llevado alguna vez y me da que no se le acerca ni una décima parte a lo descrito aquí. y eso que me impresionó la velocidad a la que iban en un circuito tan ratonero como en el que estuve (unos dentro de un pabellón). si aquellos ya te dejan satisfecho y con algún dolor (mi hermano y un amigo tenían dolor en los brazos, yo no), ésto ya debe ser otra dimensión, un mundo paralelo, donde todo está elevado a la décima potencia.

    y no me extraña viendo los números y comparándolos con el orion que tenemos en la familia y que usan mis hermanos: tiene la mitad depotencia, una marcha más, una décima parte del peso (menos, en realidad), una batalla minúscula y me dá que más anchura que el ford. MENUDO BICHO!!!

    creo que no sería capaz de llevarlo como es debido. por ahora, me conformaré con los de alquiler y quién sabe si algún día me pillo uno más "asequible" que pueda controlar.

    épico.

    PD: el video ayuda muchísimo en cuanto a comprender la velocidad a la que suceden las cosas. muy buena aportación.

    ResponderEliminar
  7. Muy identificado con todo; yo solo he probado uno de alquiler de 2t automatico y un de 4T tambien automatico, y sobretodo con el primero me lo pase pipa, aunque creo que ahora entiendo porque los chavalines van tan rapido.. porque nunca han llevado coche.

    Como bien decis, el llevar el chip del coche, con sus inercias, su poco o mucho balanceo, etc.., te corta las alas en en kart.

    Eso, si, entre que es como es, y la tension que lleva uno por la novedad, se acaba molido como si te hubieran dado una paliza de la buenas, jeje.

    ResponderEliminar
  8. El kart que probé yo era el típico de alquiler, pero con una emoción añadida, el acelerador encallado y no dejaba frenar, yuju!!!
    En otra ocasión corrimos unos amiguetes, fueron dos carreras, la salida era en orden de vuelta rápida (con cronometraje y unas vueltas anteriores) Una experiencia que personalmente me gustaría vivir de nuevo, aunque no sean 45 cv. Ese día acabé con moratones muy serios en los costados y casi sin poder moverme.
    Una vez montas en el coche después, todo vehículo te parece torpe y pesado.

    ResponderEliminar
  9. Soy piloto de kz2 desde hace 6 años. Os aseguro q es la mayor escuela de pilotaje por costes y accesibilidad. El coctel de pilotar un kz está muy bien descrito. Sois los mejores.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  10. ¿ Qué tipo de gasolina lleva este vehículo ?.

    ResponderEliminar
  11. Con el vídeo entras bien en situación bufff.
    Motor de moto de cross italiana con chuches seguro. Gasolina del 98 con buen aceite, no?

    ResponderEliminar
  12. JO DER... siempre he querido probar un cacharro de estos, pero no conozco a nadie que tenga nada semejante, me tocará alquilar... aunque tras ver el vídeo, me da la sensación de que me falta una pierna derecha para dosificar el freno, y otra mano para las marchas... que locura, quiero uno en mi garaje (y una cafe racer, una minimotard... mierda de afición de ricos...)

    ResponderEliminar
  13. Me ha encantado esta prueba! Menuda locura debe ser eso, yo he corrido en ese karting con karts normales de 4T automáticos (alquilado allí) y ya era todo super frenético, no me quiero ni imaginar cómo debe ser con un bicho de estos. Y ya puestos, con un superkart de 250cc 2T (se nota que ya he estado ojeando xD) debe ser la locura máxima!!

    Me ha hecho gracia que el chaval que sale en el vídeo, el que lleva el gorro de lana, iba a mi clase del colegio. Tócate los huevos, hace años que no lo veo y me lo encuentro en un vídeo en fuelwasters!! jajajajja!! Todavía recuerdo el pique que nos echamos en su día con nuestros primeros coches, él con su golf gti mk2 y yo con mi g40 (cómo lo echo de menos!).

    ResponderEliminar
  14. http://www.youtube.com/watch?v=6rkX-cQ6kZ0

    Locura

    ResponderEliminar
  15. Uff!!! Qué ganitas de probar un misil 250cc 2t de esos...

    ResponderEliminar
  16. No se si este sitio sigue funcionando, lo he visto hoy, has hecho una descripción perfecta de sensaciones(a excepción de lo que duran las marchas, con ese desarrollo ninguna llega a un segundo) te aseguro que la aceleración con desarrollos largos(18-23) aprx. 160 km/h es bastante mayor, he corrido bastantes subidas con kart y te puedo decir que ahí si que notas el aparato que es

    ResponderEliminar

¿Alguna objeción, súplica o ruego?