Etiquetas

jueves, 15 de septiembre de 2016

CarCross Madrid. La Opción.

Como prometimos hace 24h, aquí os traemos nuestra crónica y prueba del Kart Cross que Tandas Privadas trae a Madrid. Una mañana de sábado en la que salí de casa duchado y peinado, y volví lleno de polvo hasta las orejas, sonriente, con los brazos temblorosos y un zumbido en los oídos.



Tandas Privadas nos había citado una calurosa mañana de septiembre, en las inmediaciones de Arroyomolinos, cerca del famoso centro comercial Xanadú, en un circuito de tierra llamado "el Rancho de Arroyomolinos", para enseñarnos su nueva propuesta de "ocio y velocidad". Ya llevábamos calentitos con el tema desde que Jorge nos lo adelantó a principios de verano: "Tío, no has probado una cosa más bestia en tu vida", "El bicho tiene 130 cv pero te da igual que tenga 100 cv más o 100 cv menos, eso es una salvajada", etc. 

La premisa es sencilla: Un circuito de tierra en Madrid, pero absolutamente liso, con desnivel (subidas y bajadas, peraltes, etc), pero sin piedras ni baches. Para mantener la pista inmaculada de roderas y baches, está prohibido usar neumáticos de tacos, siempre deberemos usar ruedas de asfalto, y se cierra cuando llueve por el mismo motivo. Entonces sacan dos Kart Cross de 600 cc, con 130 cv a más de 16.000 rpm, caja de cambios secuencial de moto, y 300 Kg de peso en orden de marcha (con conductor incluido, líquidos, etc.), calzados con ruedas de asfalto. El resultado ya te lo imaginas, porque es como si te digo "un niño de 4 años, unas pinturas y una pared blanca"... no hace falta que te cuente cómo acaba. 

(Así acaba la historia, claro)

También nos dieron la opción de meter nuestro coche en la pista de tierra, porque es lisa y llevamos gomas de asfalto. Estuvimos muy tentados, pero me eché atrás porque aún no había cambiado el ventilador del e36, se calentaba el motor si le dabas zapatilla, y tenía que llevarlo a correr el siguiente sábado a Kotarr.

Así que esperamos nuestro turno, y cuando nos llamaron a subir al Kart Cross, fuimos dando saltitos de emoción. ¿Qué se siente? Aquí va una aproximación:

Te explican cómo meterte en el coche, porque es muy estrecho y tiene su arte. Los dos coches son distintos, uno está pensado para pilotos de más talla, si bien mecánicamente son idénticos. Te "acomodas" dentro, te ponen el volante de nuevo en su sitio, te abrochas el arnés, te lo ajustas, y arrancas el motor. 

(Salvajismo mires donde mires)

Ahora te explican cómo funciona el bicho. La primera alegría me la llevo de la mano de la caja de cambios y el embrague: Provinenen de una moto, pero se manejan como en un coche. Tiene pedal de embrague, y se puede arrancar sin que se te cale y sin tener que ponerlo a 8.000 rpm para salir. Luego ya vas cambiando de marcha pisando el embrague y usando la palanca secuencial que lleva junto al volante, mientras una pantallita en el cuentarrevoluciones te indica qué hierro llevas metido. Este sistema no sólo garantiza una mayor fiabilidad del coche para que lo pueda usar más gente, sino que facilita que lo puedan conducir pilotos menos experimentados en karting o coches de competición, sin tanta parafernalia y sin que se les cale cada dos por tres. Yo lo agradecí mucho.

Una vez arrancado y en marcha, el plan es el siguiente: Dos vueltas al óvalo de aprendizaje (que parece una pista de Ben-Hur en miniatura), para cogerle el aire al coche, cosa realmente necesaria, y después nos sacan a la pista de velocidad, que viene a ser un circuito al uso, con sus distintas curvas, desniveles, etc.

Lo primero que debes saber es que el coche apenas gira con el volante, y mucho menos frena con el freno. Y es que no vale ni siquiera ir exageradamente despacio para que pueda girar en las curvas, porque el subviraje es gigantesco, y además la dirección no tiene suficiente giro para las curvas más cerradas. Lo único que cabe es aplicar técnicas de rallyes o de drift para poder dirigir el coche: Primero haces una finta (o una nórdica, como dicen los hombres de rallyes), luego bajas un hierro, y cuando ya tienes el coche descolocado de atrás vas dando gas para hacer la curva derrapando. Si tocas el freno, lo mismo: no te paras y te vas de morro. Esto exige una anticipación brutal, como veremos ahora.

(Modo Prensa del Motor - ON: "El aprovechamiento del espacio del habitáculo es notable, cabe un motor de 600 cc justo detrás del asiento del conductor")

En el óvalo hemos aprendido a girar sin irnos derechos a la cuneta, y llevar el coche de lado. Es muy sencillo, y las reacciones son muy progresivas, como suele pasar siempre en pistas muy deslizantes. Ahora salimos a la pista de velocidad:

Salimos sin que se nos cale, y enfilamos la recta con el gas a fondo. Impresiona lo mucho, muchísimo que corre el coche. Como nos decía Jorge, tiene 130 cv, pero te da igual que tenga 70, o 300, a medio gas y a medio régimen ya empieza a escarbar aquello y a menearse para todas partes. Para que os hagáis una idea, tiene una aceleración en asfalto similar a la de un Ferrari Enzo, en torno a 3 segundos de 0 a 100 kmh. En tierra el resultado es parecido a intentar conducir un coche de 800 cv. Desproporcionado.

Tras la primera recta hacemos una curva "rápida" en 3ª a fondo, derrapando como nos han explicado, y ademas en subida, lo que nos facilita la jugada de llevar el coche con el gas. Ahora enfilamos una recta cuesta arriba donde pisamos sin contemplaciones y subimos marchas... Y es donde realmente te das cuenta de lo muchísimo que corre aquello. El problema es que cuando coronas la subida y te encuentras la curva, el coche no frena ni gira... Así que te metes con un gesto instintivo de supervivencia, balanceando el coche y cruzándolo a la desesperada. Como no vamos realmente tan rápido como nos parece, y el coche aún tiene margen, efectivamente se cruza, entra en la curva, y lo llevas de lado cómodamente con el gas. Primera salvada con nota.


El problema es que, como dice Isaac Newton, todo lo que sube tiene que bajar. Y la siguiente curva te la encuentras en bajada, y es una paella de 180º. Si en asfalto una curva cerrada en bajada es jodidilla, en tierra es un infierno. De hecho me la como con patatas en todas mis pasadas. El coche no frena, aún menos obedece mis ganas de girar, y tienes que cruzar donde resulta complicado hacerlo, con el riesgo de que si te pasas te entrompas, como les ha pasado a muchos a lo largo de la mañana que hemos pasado allí. El equilibrio es complicado... pero en breve vendría una peor. Una curva más amable en subida, donde nos lucimos con el gas en 2ª, y la siguiente curva es también en bajada, pero más cerrada, y con aún más desnivel que la anterior. Aquí si que muchos tuvieron problemas de irse de morro, entromparse, calar el coche, etc. Es realmente complicado cogerle el punto a esa curva, y los pocos a los que he visto hacerla bien suelen anticiparse mucho en la trazada, entrar lo más abiertos posibles, no cruzar el coche muy pronto sino esperar al momento adecuado, y no pasarse de rápido ni de despacio. Vamos, un alarde de temple y de saber medir los extremos. Mola muchísimo aprender a conducir de nuevo en unas circunstancias tan distintas.

Después volvemos a hacer otra curva en subida donde nos volvemos a lucir, y comenzamos una sinuosa bajada más amable donde descolgar el coche sin dificultad, para hacer la curva rápida por la que entramos al circuito y enfilar la primera recta con una enorme cruzada y levantando una polvareda monumental. Ese es justamente el momento en el que eres más feliz, sin duda ninguna. Estás delante de la gente que mira, de tus amigos y seres queridos, en una curva facilona, amplia, de cierta velocidad, con una escapatoria que tranquiliza, y metiendo el coche bien de lado, levantando una zorrera de polvo muy hermosa, con el motor chillando a 16.000 rpm y ganando velocidad como loco. ¿Qué más quieres? 

(A nivel de chasis no va nada mal el cacharro... Tiene que molar soltarlo en un camino campestre y marcharse por ahí a investigar hasta donde llegamos...)

Mi experiencia personal fueron 2 vueltas al óvalo inicial, y 3 vueltas al circuito de velocidad, y eso que al principio fui realmente despacio porque no le cogía el aire al coche en las curvas, y a pesar de ello salí del coche machacado, con los brazos doloridos, más o menos igual que cuando te bajas de un kart medianamente serio y te tiemblan hasta las piernas (pero con mucho polvo encima). La sonrisa no me cabía en el casco, y ya estaba deseando volver al kart y darle aún más duro, porque parecía que justo le estaba cogiendo el aire!

Mi opinión para vosotros: Creo que es una alternativa de ocio de velocidad ALUCINANTE, el coste parece que no es ningún disparate (pronto os diremos algo si organizamos una para vosotros, o si Tandas Privadas dice algo antes también veréis que las tarifas no son ninguna locura), y es una oportunidad única de probar un aparato brutal en un sitio donde disfrutarlo al máximo. Lo bueno es que su manejo no me ha parecido complicado, sólo necesita un poco de adaptación porque se conduce de una forma a la que no estamos acostumbrados, pero no tiene el embrague demasiado complicado de usar, ni la caja de cambios asusta, como pasa con otros bichos similares. La única pega que le veo, y que le dije a Jorge nada más bajar del coche, fue que no lo veo algo apto para todos los públicos, como sí veo una tanda de circuito normal, o alquilar un coche de derrapar y darse unas vueltas, porque el Kart Cross corre muchísimo, y hace falta tener un mínimo de cabeza para conducirlo y no salir en las noticias. Para poner un símil de los míos, es como si tienes un campo de tiro para probar munición, y le alquilas a un tío un lanzacohetes. Pues claro, es tan fácil como apuntar hacia el sembrado y apretar el gatillo, y seguro resulta muy divertido... pero como el tío se dé la vuelta y se le escape un tiro hacia donde no toca, tenemos un problema serio. A parte de esa pega, creo que es la manera más fácil y barata de probar una conducción radical como nada que hayamos conducido. Es como la vez que probamos los rallyes de tierra, pero con las emociones fortísimas del Kart KZ2 que probamos en asfalto, todo agitado, mezclado, y servido a lo bestia para beberlo de un trago.

(Ahora veo las fotos de nuevo y ya quiero volver cuanto antes. Hay mucho veneno concentrado ahí dentro...)

A nosotros nos ha dejado muy buen sabor de boca, es una mañana de adrenalina por las nubes, de emociones fortísimas, ruido, polvo, destrucción, derrapadas salvajes, y disfrute infinito. Me falta probar la pista con mi propio coche, y espero hacerlo pronto (y contarlo aquí), pero a día de hoy, no vemos el momento de volver al Rancho de Arroyomolinos, ponernos el casco y salir derrapando hacia la primera curva. De verdad que no defrauda lo más mínimo.

__________________________

EDIT: Hemos hablado el Sr.Coco y yo, y ya estamos negociando para montar una tanda de esto dentro de poco, y que vengáis a probarlo. En cuanto tengamos algo más concreto os iremos contando, y queremos hacerlo rapidito para aprovechar el buen tiempo, así que... stay tuned.

5 comentarios :

  1. Siempre consigues encontrar una forma de hacer que deseemos con todas nuestras fuerzas algo que no conocíamos hasta ahora. Y nos encanta.

    No sé si mis manos estarán a la altura del bicho éste, pero me encantaría probarlo.

    Mientras eso llega, nos "conformamos" con el asfalto ;-) Nos vemos en Kotarr.

    ResponderEliminar
  2. Esos cacharros son la leche y pensar que en autocross los hay con mas chicha...
    Aquí en Galicia los dejan competir en rallymix, autocross y creo que slalom.Una buena compra para competir y divertirse como un niño.

    ResponderEliminar
  3. Hace un siglo que no comento,pero la ocasión lo merece.
    Y es que también tuve la suerte de probarlos y cual quiera que pueda permitirse unas tandas en arenas u otro circuito DEBE probarlos.Me encantaron es subir el nivel en nuestra "locura" y lo mejor,sacas manos que es de lo que se trata.Con esto entrenan pilotos como Dani Sordo etc... y yo después de probarlo no puedo dejar de ver una y otra vez mi primera pasada con este "juguete" por la linea de recta..un gusto oírlo y verlo.

    https://www.youtube.com/watch?v=He2vAczHur4&feature=share

    ResponderEliminar
  4. Lo he hecho, y lo he contado siempre q he podido: "es lo mejor q he hecho vestido en mi vida" y solo fueron unas 5 vueltas.
    Eso si, los precios por los que se oferta ésta experiencia me parecen desorbitados, sabiendo lo q cuesta un bicho de éstos.
    También es cierto q creo q no es una experiencia para todo el mundo.
    Si os soy sincero, pocas otras veces recuerdo aparte de aquel día en el q el diablo que lleva uno dentro me llevara más lejos cuando te lo vas jugando todo.

    ResponderEliminar
  5. Oh!! Estaré tuneado que esto me interesa de verdad de la buena... Además, parece que mi vida se encauza y quiero empezar a disfrutarlo... ¡¡Me pido una plaza!!

    Pd. Los precios de lanzamiento son buenísimos, y si los mejoráis os doy un beso (lo prometo). Incluso los precios para entrar con tu coche, tendré que llevar mi rana un día allí...

    ResponderEliminar

¿Alguna objeción, súplica o ruego?