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martes, 9 de marzo de 2010

La ecología como moda forzada

Hace poco pude asistir a una conferencia que nos dieron responsables de publicidad y marketing de BMW. Allí pudimos ir viendo una evolución de las distintas campañas realizadas, y en cierto modo, sus resultados. De todo ello pudimos sacar diversas conclusiones, pero la que más me llamó la atención, fue sin duda la de que se promociona mucho la imagen de coches "verdes", pero que en realidad eso no aporta casi nada a mejorar las ventas.


Es decir, que las marcas se esfuerzan en dar una imagen de ser respetuosos con el medio ambiente, y de ser creadores de máquinas eficientes, que combinan prestaciones con bajos consumos y nulas emisiones; pero el consumidor que se compra un coche no considera para nada estas cualidades.

¿La culpa? Pues a mí, que soy bastante retorcido, se me ocurre que es de la opinión pública, que demanda una imagen de marca de coches verdes, porque en cierto modo nos han hecho ver que son el futuro, y se ha asociado la tecnología punta y la mejor ingeniería con la ecología; pero individualmente nadie quiere comprarse un BMW de 50.000 euros por ser un coche "sostenible", sino por ser un coche con otros atributos (marca premium, equipamiento, deportividad presunta, y prestaciones).

Esta dualidad de opiniones, la de la masa en conjunto y la del individuo, ponen a los fabricantes en una difícil posición, y no saben a quién dirigirse y qué cifras ofrecer para contentar a la sociedad sin dejar de vender coches a los individuos. En algunos casos las cifras de eficiencia son buenas pero poco vistosas, en otras son descaradas (si corres contaminas, si quieres ser verde mejor vete despacio), y en las demás, sencillamente imposibles de creer (típico deportivo prestacional que anuncia consumos bajísimos y emisiones de risa, tratando de insultar a la inteligencia de algunos, combinando cifras de potencia máxima y consumos mínimos, vamos una utopía).


Aquí no hay más que ver el nombre de nuestro blog para conocer nuestra postura. Pero sinceramente, el querer dar una imagen para complacer y luego en realidad ofrecer algo distinto para el comprador, tiene un nombre bien concreto en la lengua castellana. Si queremos de verdad que la ecología sea una moda palpable en la automoción, tal vez lo primero sea conseguir que la gente lo demande. Si vendemos peras, y la gente demanda peras, no intentemos que las peras parezcan manzanas.